Los principales sindicatos italianos mostraron ayer su acuerdo con la "determinación negativa" del Gobierno al proyecto de fusión entre Autostrade y la española Abertis. El secretario general del principal sindicato del país, el CGIL, Gugliemo Epifani indicó que se trata de "una decisión "que corresponde al sentido común", "incensurable" y que responde a las preocupaciones que ya habían señalado. La secretaria general de la UGL, Renata Polverini, recordó que desde el principio expresaron "su contrariedad, tanto desde el punto de vista legal como por las graves consecuencias que tendría en el empleo".

Desde que se anunció la operación, el Gobierno italiano advirtió de que debía contemplar reglas sobre el conflicto de intereses, que a su juicio quedaban alteradas por la presencia de una sociedad de construcción en el accionariado de la compañía resultante. Autostrade, Anas y el Ministerio italiano de Infraestructuras trabajaban en un nuevo marco concesional, en el que se incluyen los compromisos de inversión y mecanismos de transparencia en la adjudicación de las obras. El Ejecutivo quiere evitar que el hecho de que ACS fuese uno de los accionistas impidiese que otras constructoras puedan participar en las nuevas obras.