Deseable sí, pero no a cualquier precio. Ese fue el mensaje que ayer lanzaron los sindicatos mayoritarios a sus antagonistas de la patronal. El diálogo social debería recuperarse, pero para ello será necesario que la CEOE rectifique sus exigencias, ya que sus posiciones actuales resultan "un disparate inviable". Y, en cualquier caso, la amenaza del conflicto social estará latente en los próximos meses, tal y como se encargaron de recordar ayer en Madrid los máximos responsables de CCOO y UGT.

Tanto Ignacio Fernández Toxo, de CCOO, como Cándido Méndez, de UGT, responsabilizaron a la organización empresarial del fracaso del proceso de diálogo social. En respuesta a la declaraciones realizadas el martes por Gerardo Díaz Ferrán, máximo responsable de la cúpula patronal, en las que se ofrecía a reanudar las conversaciones en septiembre pero sin las condiciones y límites existentes, Toxo y Méndez consideraron que la CEOE tiene la oportunidad de demostrar su voluntad de diálogo "desbloqueando los Acuerdos de Negociación Colectiva (ANC)" que los sindicatos pretenden firmar a la "vuelta de vacaciones" y que, según explicaron, afectan a cuatro millones de trabajadores y generarían "confianza". El clima enrarecido entre Gobierno, sindicatos y empresarios tras la ruptura de las conversaciones llevó a que las dos centrales mayoritarias también expresaran sus exigencias para volver a la mesa de negociación: la CEOE debe rectificar sus tesis y dejar el discurso de que el origen de la crisis obedece a la estructura del mercado de trabajo.

Para Toxo y Méndez es "contradictorio" que la patronal reclame "voluntad de diálogo" y, a la vez, bloquee el avance de "multitud de convenios colectivos", lo que generará protestas laborales. Según dijo Méndez, hay 1.299 convenios colectivos bloqueados por la actitud del empresariado, mientras que su homólogo en CCOO elevó la cifra hasta 1.865.