España ha agotado el margen presupuestario del que disponía para adoptar medidas para reactivar la economía y hacer frente a la recesión, según afirmó ayer el vicepresidente económico, Pedro Solbes, al concluir el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE).

Ante la petición de la Comisión Europea a los Veintisiete para que adopten de forma urgente medidas nacionales para combatir la crisis, Solbes señaló que "España ya ha hecho mucho". Ha dedicado 20.000 millones de euros entre el aumento del gasto público y la menor recaudación por el frenazo económico y otros 20.000 millones en adelantos de tesorería, explicó Solbes.

"Prácticamente hemos agotado nuestro margen de política discrecional para hacer frente a la crisis", añadió. Entre las medidas adoptadas por el Gobierno figuran el cheque fiscal de 400 euros a cada asalariado, el plan de salvamento del sector financiero, el apoyo a los parados con dificultades para pagar su hipoteca, la bonificación para contratar parados, la bonificación para crear empleo en sectores clave y el aumento de los fondos para la formación de parados.

Solbes destacó que los desempleados y la lucha contra el paro son la "prioridad absoluta" del Gobierno y expresó su confianza en que las medidas de apoyo al sector financiero permitirán reducir los tipos de interés y acabar con las actuales restricciones crediticias que padecen las familias y las empresas españolas.

Respecto a los incentivos a la contratación anunciados por el Gobierno, se manifestó ayer el vicepresidente de la patronal catalana, Eusebi Cima, que advirtió de que lo que realmente necesitan ahora las empresas son "ayudas para despedir a la gente". "Hay un ajuste de mercado, una crisis muy grave, se está generando desocupación y no puestos de trabajo. No es el momento de crear estas ayudas", remarcó.

PLAN DE ESTABILIZACION La Comisión Europea aprobó precisamente ayer el plan español de estabilización de los mercados financieros, que incluye el fondo para la adquisición temporal de activos financieros de máxima solvencia a los bancos y cajas de ahorro. La medida supone en la práctica un préstamo público garantizado para proporcionar liquidez a las entidades con un compromiso de recompra.

Los Veintisiete consensuaron también los principios de la reforma del sistema financiero que la UE defenderá en la cumbre de Washington: ninguna entidad, activo o territorio debe quedar fuera de la regulación, la supervisión debe reforzarse y el Fondo Monetario Internacional debe desempeñar un papel central en el nuevo sistema.