Al final ha triunfado el criterio del vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes. Las 19 condiciones de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para aceptar la opa de E.ON sobre Endesa serán asumibles por el gigante alemán. Había que evitar más conflictos en Bruselas.

A última hora de la tarde de ayer, el consejo de la CNE, no sin vicisitudes, aprobó un texto que permitirá a E.ON, primera empresa energética de Europa, llevar adelante su oferta por 27.100 millones de euros, por la primera energética española, Endesa.

Para las centrales nucleares, la CNE ha decidido que E.ON puede participar en el accionariado, pero no en la gestión. Endesa controla el 100% de la central nuclear de Ascó I, que E.ON deberá vender. En cuanto a las centrales de carbón, el regulador del sector impone a E.ON la venta de todas las que funcionen con carbón nacional definido en el Plan de la Minería del Carbón. Excepto en el caso de Aspontex, que será una central con carbón de importación y la única que seguirá en manos alemanas. También deberá vender todas las participaciones de Endesa, insulares y extrapeninsulares.

La alemana alemana deberá mantener durante 10 años a Endesa con "personalidad jurídica". En su opa, E.ON ofertaba tal medida, pero sin plazo. En cuanto al dividendo, las sociedades resultantes de la concentración solo podrán repartir dividendo cuando los recursos que generen sean suficientes para atender sus compromisos de inversión.

CLAUSULA Uno de los consejeros del PP exigió incluir una cláusula por la cual si la sociedad matriz es adquirida por otra sociedad en más del 50%, E.ON deberá comunicarlo a la CNE. Esta condición es un calco de la que el Gobierno alemán puso a E.ON con respecto a Ruhrgas. Aunque es redundante con las nuevas atribuciones de la Comisión de la Energía, el consejo aprobó su inclusión.

En total, las desinversiones impuestas a la eléctrica alemana ascienden a 7.300 MW, lo que representa el 32,51% del total de los activos de generación que tiene Endesa en España y el 15,99% que tiene en el mundo.

REQUISITOS E.ON deberá mantener una ratio de servicio de la deuda --es decir, endeudamiento sobre resultado bruto de explotación-- menor que el 5,25%. Deberá informar a la CNE cada tres meses sobre esta ratio. Tendrá que asumir los compromisos de inversión de Endesa en actividades reguladas del sector eléctrico. Y realizar las inversiones prometidas en redes de transporte de gas y electricidad. Lo mismo con compromisos de desarrollo de las redes de transporte 2002-2011 aprobados por el Gobierno y el Parlamento.

Hasta llegar a este acuerdo, en el consejo de la CNE se vivieron momentos de alta tensión. A media tarde, y cuando la propuesta que finalmente ha salido adelante parecía definitiva, los cuatro consejeros vinculados al PP más Jorge Fabra, el ponente cuyo texto había sido previamente derrotado, votaron en contra del texto "asumible" para E.ON. Hubo un momento que sobre la mesa del consejo de la CNE hubo cuatro propuestas. La que ha salido adelante, otra que fue apoyada por dos votos del PP, una tercera, votada por los otros dos consejeros próximos a los populares, y una cuarta, la de Fabra.

Tras arduas negociaciones, se impuso el texto apoyado por la presidenta, Maite Costa, los consejeros Jaime González, Sebastiá Ruscalleda y Luis Albentosa. Hubo un momento en que el enfrentamiento de González y Fabra --próximos al PSOE-- subió hasta términos insospechados. Fabra --decepcionado por el intervencionismo político-- intentó que E.ON vendiera las nucleares participadas por Endesa.