Autonomía, pero sin fragmentar ni parcelar el mercado. El vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, defendió ayer una reforma del modelo autonómico que compatibilice "el libre ejercicio de sus competencias por parte de las comunidades autónomas con el mantenimiento de un entorno atractivo para la inversión empresarial".

Solbes, durante una conferencia organizada por el Círculo de Economía en Barcelona, emplazó a seguir el ejemplo de los países federales o de "la propia UE, que ha conseguido crear en su territorio un entorno competitivo relativamente equilibrado, con unas condiciones de partida mucho más difíciles". El discurso, el primero de un ciclo titulado La Economía a examen, estuvo seguido por un abarrotado auditorio formado por empresarios y políticos. Solbes fue introducido por el vicepresidente del Círculo, José Manuel Lara Bosch.

Solbes afirmó que, además de las reformas estructurales para incrementar la productividad, hace falta "maximizar las ventajas del sistema autonómico y minimizar sus inconvenientes". En la actualidad, "el problema es que el interés común en facilitar la actividad empresarial en todo el mercado español no está siendo totalmente internalizado por las comunidades".

Además, agregó, el actual modelo conlleva "un nivel de gasto público excesivo". El vicepresidente apostó por un sistema de financiación autonómica "con vocación de permanencia" y que acabe con la "inadecuada" fórmula que "erosiona el federalismo fiscal y desvincula los impuestos que se pagan del gasto realizado". En una conferencia de prensa previa a su discurso, se consideró optimista" sobre la posibilidad de lograr un acuerdo durante el primer semestre.

En cuanto a las reformas estructurales, defendió un sistema de defensa de la competencia independiente en el que las decisiones en materia de concentraciones "pasarán a tener un carácter puramente técnico, y las intervenciones del Gobierno estarán limitadas a casos de demostrado interés público". En este apartado apostó por "una actuación coordinada de las distintas administraciones públicas".

PROBLEMA DE GESTION El vicepresidente destacó que el problema de las reformas estructurales es de "gestión política", más que económico. A su vez, alertó sobre el "exceso de activismo" de las administraciones en este campo que, en su opinión, retraen la inversión empresarial. En todo caso, el objetivo es prestar un especial énfasis en el aumento de la productividad. En este sentido, aseguró que "la reducción de salarios no es la solución", y que se tiene que ir hacia un modelo en el que las empresas creen productos de más valor, con más inversión en educación e innovación.