No habrá más subidas de impuestos. O al menos, es bastante improbable. Ese fue uno de los mensajes del vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, en el Círculo Financiero de Barcelona. Ante empresarios y directivos, el máximo responsable de la política económica del Ejecutivo dijo que el superávit presupuestario "hace muy improbable que, en años venideros, aparezcan urgencias que hagan necesarias subidas inesperadas de impuestos". Auguró que esa variable se mantendrá este año en torno al 2% del producto interior bruto (PIB).

El abogado Miquel Roca, convertido en moderador de una sesión de preguntas posterior a la conferencia, recogió el guante sobre la fiscalidad y agradeció a Solbes su tono "balsámico" en un ambiente político de crispación. Lo cierto es que el vicepresidente económico se declaró defensor del superávit, pero "no obseso", probablemente haciendo referencia a las recientes críticas a las cuentas públicas del exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y antecesor suyo en el cargo, Rodrigo Rato.

ESCENARIO CLARO Quiso dejar claro el escenario de la política tributaria: "A veces se hacen o plantean bajadas de impuestos, unas más reflexionadas que otras, pero el debate ya es siempre sobre recortes, no sobre subidas".

El vicepresidente fue tajante respecto a una petición de Cataluña: "Me resisto a una balanza fiscal oficial". Y, en un guiño por los rumores de si seguirá en el cargo si ganan las próximas elecciones los socialistas, dijo: "La financiación autonómica es el tema más complejo al que se enfrentará mi sucesor".