El malestar entre el vicepresidente económico, Pedro Solbes, y el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, designado por el anterior gobierno del PP, ya no se esconde. El talante moderado de Solbes no evitó que llamara ayer al orden a Caruana para recordarle los límites que impone la "prudencia" del cargo. A Solbes le molestaron las refinadas críticas de Caruana a la política presupuestaria del Gobierno y a las compensaciones por el alza del crudo. Las chispas saltaron a cuenta de la prescripción de intereses de un préstamo de La Caixa al PSC.

Caruana, que compareció en la comisión de presupuestos del Senado, criticó lo que consideró un elevado aumento del gasto para el 2006, que comporta riesgos de "desbordamientos en la ejecución presupuestaria". Según dijo, el alza de partidas como vivienda, pensiones o sanidad, y los acuerdos con los sectores afectados por la subida de los carburantes causan más gasto.

Solbes dijo comprender que, dentro de "su responsabilidad fundamental y su independencia" sobre política monetaria, el gobernador "dé sus opiniones sobre política fiscal", pero discrepó de ellas. Aseguró que el saldo mejorará en el 2006 (en el 2005 el superávit se acercará al 1% del PIB), recordó que el gasto productivo crece más que el social y dio a entender que el gobernador no había entendido el alcance de las ayudas por el gasóleo. Solbes añadió una coletilla burlona: "La política de restricciones es buena para todos, incluido el Banco de España".

Preguntado por un senador popular sobre un crédito de La Caixa al PSC, el gobernador abandonó la costumbre de rehuir todo comentario sobre investigaciones internas: "Hemos recibido alguna denuncia y estamos actuando en consecuencia". El colectivo de funcionarios Manos Limpias presentó una denuncia en el Banco de España contra La Caixa, así como otras dos ante la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Anticorrupción contra el ministro de Industria, José Montilla, y el presidente de la caja, Ricard Fornesa.

INDEPENDENCIA RELATIVA Caruana dejó claro que se mantendrá "dentro de su marco de actuación, que es el de preservar la solvencia" de las entidades financieras. El objetivo es conocer el estado del crédito y cómo puede afectar a la solvencia de la entidad. "Hay otros componentes, como la financiación de los partidos, que corresponden al Tribunal de Cuentas", advirtió.

Horas después, Solbes le hizo ver a Caruana que había rebasado la línea de la prudencia. "El gobernador --le recordó-- es independiente en cuestiones de política monetaria, no en el resto de los temas". En las cuestiones de supervisión, agregó, "hay que ser muy prudentes". La función de supervisión del sistema financiero del Banco de España se realiza por delegación del Gobierno y no forma parte del ámbito de independencia de la autoridad monetaria.