El sector bancario español es en conjunto "capaz de resistir el elevado impacto económico de la crisis sanitaria, con el apoyo del efecto mitigador de las medidas implementadas por las autoridades económicas". Así lo ha defendido este jueves el Banco de España en su bianual informe de estabilidad financiera, que como suele suceder en otoño incluye una prueba de resistencia para comprobar cómo evolucionará el capital de las entidades ante distintos escenarios económicos. La novedad en esta ocasión es que la solvencia de los grandes bancos sufrirá más que la de los medianos los efectos económicos de la pandemia.

El organismo supervisor ha realizado el ejercicio calculando una caída del PIB acumulada entre el 2020 y el 2022 del 1,6% en el escenario base y del 5,7% en el escenario adverso. El capital de máxima calidad del sector bajaría del 12,4% del cierre del año pasado hasta el 10,8% y el 8,5% al final del periodo, respectivamente, con lo que en ambos casos quedaría por encima del umbral del 8% que el mercado considera que marca el inicio de los problemas serios de solvencia. En el caso de los dos grandes bancos con presencia internacional, Santander y BBVA, el nivel de capital bajaría del 11,9% del 2019 al 9,9% y al 8%, respectivamente, los más bajos de los tres grupos de entidades que analiza el Banco de España.

En el anterior ejercicio, realizado en el 2019, los dos grandes grupos bancarios quedaban por encima de las entidades medianas. "La diversificación internacional les permite mitigar los efectos, pero no tanto como en el pasado", ha explicado el director general de estabilidad financiera del supervisor, Ángel Estrada, quien ha destacado que los países más relevantes para estas entidades (México, Brasil, Turquía, Estados Unidos y Reino Unido) están entre los más afectados por la pandemia. Sin embargo, le ha restado importancia: "Es importante mirar los niveles de capital, pero también la capacidad de absorción de 'shocks' de las entidades (mayor en el caso de las más grandes)".

Medianos y pequeños

Las entidades medianas (las otras nueve que están supervisadas directamente por el Banco Central Europeo, como CaixaBank, Bankia y el Sabadell) verían su solvencia caer del 13% al 12% en el escenario base y al 8,4% en el adverso. Las entidades más pequeñas como las cajas rurales, que son las que controla directamente el Banco de España, lograrían mejorar su solvencia ligeramente en el primer caso del 17,9% al 18,7%, mientras que en el segundo se deterioraría al 16,6%, muy por encima del nivel que presentan los 12 grandes bancos.

La institución gobernada por Pablo Hernández de Cos considera, en cualquier caso, que las entidades de los tres grupos tienen capital suficiente para afrontar un escenario de deterioro notable de la economía. Con todo, también les advierte de que "es necesario considerar en la valoración de los resultados las incertidumbres notables a las que se enfrenta el sector bancario", por lo que les insta a que "mantengan una actitud vigilante sobre la evolución de su activo, adopten una gestión del riesgo flexible y favorable a la recuperación de la actividad y exploren cauces eficaces para mejorar su eficiencia", como las fusiones. Tampoco descarta que "posibilidad de que una entidad concreta experimente alguna perturbación específica adicional al 'shock' sistémico en que se basa el ejercicio".

El informe también apunta que los bancos han recibido 1,507 millones de solicitudes de moratorias de hipotecas y créditos al consumo, de las que han concedido el 89%. El saldo pendiente de amortizar de estos préstamos asciende a 52.000 millones de euros, lo que equivale al 7,9% de la cartera de este tipo de crédito y al 4,7% del crédito total al sector privado. De no haberse concedido, indica el informe, los impagos hipotecarios hubieran ascendido del 4% al 9%. Pero dichas moratorias las han solicitado principalmente los hogares "más vulnerables", ha advertido Estrada, con lo que existe un "riesgo elevado" de que pasen a morosidad si la recuperación económica no alcanza el ritmo esperado.