Doy la bienvenida a Dominique Strauss-Kahn a su nuevo hogar". Con estas palabras, el exvicepresidente del Gobierno español Rodrigo Rato entregó ayer en Washington el testigo como director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) al socialista francés Strauss-Kahn. En su primera intervención pública, el exministro de Economía francés, de 58 años, demostró haber llegado al FMI con energía, y prometió ir "más lejos y más rápido" en la reforma de la institución.

"Me definí durante la campaña como el candidato de la reforma, así que he sido elegido para la reforma, ahora voy a partir de lo que Rodrigo Rato ha hecho durante los últimos años, pero iré más lejos y más rápido en la remodelación de la institución", dijo Strauss-Kahn, en referencia a la tarea que inició el español pero que, con su salida "por motivos personales", ha dejado a medias.

El nuevo director gerente afronta, así, el reto de dar más voz en el FMI a los países emergentes y en vías de desarrollo. Adaptar la organización, en definitiva, a los nuevos tiempos. "El mandato de la institución no ha cambiado, pero sí lo ha hecho el mundo, de forma espectacular", afirmó Strauss-Kahn.

EN EL 2008 No será una tarea fácil. Los 185 países que forman el FMI se han puesto de plazo el próximo año para acordar una nueva forma de distribución de votos más acorde con los tiempos que corren que cuando el organismo fue creado tras la segunda guerra mundial. Países emergentes como China, Corea del Sur, India, Turquía y México --motores del crecimiento económico mundial en los últimos años-- quieren ganar poder en detrimento, sobre todo, de los países europeos. Strauss-Kahn también deberá lidiar con los países latinoamericanos, que temen pagar los platos rotos de la reforma, hasta el punto de que desde el subcontinente han surgido iniciativas paralelas como el Banco del Sur e, incluso, la idea de crear un fondo monetario regional.

Otros asuntos a los que se enfrenta el nuevo director gerente es la crisis financiera del FMI y la exigencia de algunos países de que se centre en lograr un sistema financiero global más estable, inmune a turbulencias como las desatadas por la crisis inmobiliaria en EEUU, y en corregir los desajustes de la globalización. "Podemos intentar hacer la globalización mejor para todo el mundo", dijo Strauss-Khan.

El nuevo director gerente del FMI, de ideología socialdemócrata, es un brillante negociador, amante del libre mercado y defensor de las privatizaciones.