El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, considera que Estados Unidos ha querido ir demasiado deprisa para forzar una solución a la guerra de divisas en la cumbre del G-20 celebrada en Seúl los días 11 y 12 de noviembre, algo que no se ha logrado. EEUU pretendió hacer avanzar sus propuestas "en un momento en el que la cooperación no es tan clara como la que existía durante la crisis" financiera (2008 y 2009), declaró Strauss-Kahn en Yokohama, donde muchos de los líderes que habían participado en la reunión de Seúl del G-20 se volvieron a encontrar ayer en el foro de cooperación económica Asia- Pacífico (APEC).

Según el director del FMI, hará falta "que pasen dos, tres o cuatro G-20 para reconstruir el sentimiento de trabajo colectivo" entre unos países que representan más del 90% del producto interior bruto (PIB) mundial. Consideró que las discrepancias pusieron en riesgo la propia existencia del G-20, si bien se lograron superar. "Había un riesgo, después de Toronto, de que todo se desintegrara, y de que la necesidad misma del G-20 hubiera desaparecido. No es el caso, pero hay que esperar a que todo el mundo practique el juego de equipo de otro modo", concluyó. Pese a las tensiones, Strauss-Kahn se felicitó por el hecho de que el G-20 haya comprendido "que no hay salida individual, que hace falta trabajar unidos".

REPROCHES A OBAMA En Seúl, el presidente de EEUU, Barack Obama, tuvo que escuchar los reproches de numerosos países por la decisión de la Reserva Federal de imprimir nuevos millones de dólares con los que reactivar la economía, con el efecto inducido de una depreciación de la moneda norteamericana que puede causar problemas, sobre todo, a las economías emergentes. En ese contexto, la propuesta de Estados Unidos de poner coto a los desequilibrios comerciales (un déficit o un superávit comercial del 4% del PIB como máximo) no encontró eco y se dejó para la próxima cumbre.

"Hubo una reacción, aunque no tanto contra el contenido de la propuesta de EEUU", que va a obligar a avanzar a marchas forzadas. "Los americanos continuarán haciendo propuestas. Eso es útil, pues permitirá el debate", interpretó el director del FMI. En su opinión, tanto EEUU como China deben hacer los deberes. Los chinos, avanzando hacia un modelo de crecimiento más volcado en la demanda interna. Los americanos, corrigiendo su déficit comercial.