El Ibex 35 no tuvo en cuenta que ayer fuera festivo en Madrid y certificó su tercera jornada consecutiva de alzas, lo que le permitió superar los 9.700 puntos (9.708) y encarar la dura carrera hacia los 9.800. El resto de mercados europeos también se sumaron al verde, gracias al buen dato de ventas minoristas y peticiones semanales de desempleo en EEUU. El rally sigue dando de sí, aunque las dudas ya asaltan a los inversores y el dinero no fluye tan alegremente, pues los volúmenes son bastante discretos. El principal indicador español registró la pobre cifra de 1.500 millones de euros de contratación. Pero a fuerza de apuntar hacia la recuperación (la Fed volvió a reiterar el miércoles su optimismo en el Libro Beige , los mercados van a terminar por creérselo.

Lo cierto es que las cifras que aparecen señalan con mayor claridad hacia el optimismo. La bajada de las peticiones semanales de subsidio por desempleo en EEUU fue una sorpresa positiva. Pero la subida de las ventas minoristas --fue del 0,5% en mayo-- resultó definitiva. Por esa razón, el Ibex pudo subir el 0,84%, en línea con la evolución del resto de los mercados europeos. Pero comienza a producirse cierto mal de altura. Tras los datos macroeconómicos de la jornada, los indicadores dieron claros bandazos en la medida en que la rentabilidad de los bonos americanos a 10 años se desplazó hasta el 4%, un nivel que no se había registrado en los últimos siete meses. Ello provocó una avalancha de compras en renta fija.

En la renta variable española, los ahorradores elevaron los títulos de Sacyr Vallehermoso. La constructora mejoró el 5,86%. Por detrás, se colocaron Arcelormittal, con un repunte del 4%, e Inditex (4,14%) después de presentar el miércoles sus cuentas al mercado. En el otro lado de la balanza, Endesa perdió 1,81%.

Entre los grandes del Ibex, Iberdrola cerró plana; Telefónica sumó un ascenso del 0,2%; el Santander, del 1% y el BBVA, por su parte, del 0,92%.