Suecia fue ayer el primer país rico de la UE en rechazar la propuesta de la Comisión Europea. El ministro de Economía sueco señaló que "difícilmente podía ser una base realista de negociación", porque implicaría un aumento de la contribución anual sueca a la UE de 1.300 a 1.600 millones de euros anuales.

El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, calificó de error que los países ricos exigieran de antemano congelar el gasto, pero propuso estudiar un mecanismo para evitar contribuciones nacionales excesivas a la UE.