Secreto, pero más matizado. Suiza, el paradigma de la opacidad bancaria, se comprometió ayer a intercambiar información tributaria "en casos individuales" y bajo petición "justificada". También Austria y Luxemburgo se sumaron a la flexibilización de ese rasgo de sus sistemas financieros, sucumbiendo a las presiones del grupo de los 20 (G-20), formado por países ricos y economías emergentes, en pro de la transparencia y la lucha contra los paraísos fiscales.

Con estas decisiones, que se articularán a través de convenios bilaterales, se adhieren a las medidas adoptadas por Andorra y Liechtenstein y, en cierta medida, Bélgica. El único de estos países considerado como paraíso fiscal por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es Andorra, incluido hasta ahora en la lista de Estados "no cooperantes" en materia de información fiscal.

Ningún país quiere ser incluido en la lista negra que la OCDE llevará a la cumbre que el G-20 celebrará en Londres el 2 de abril, a petición de Francia y Alemania. En este contexto, un conjunto de paraísos fiscales y centros financieros, desde Singapur hasta las islas Caymán, han dado pasos en los últimos días hacia la mejora de la transparencia, según la OCDE.

Y, ¿qué cambia con estas últimas decisiones? En el caso de Suiza se traducirá en la simplificación y ampliación de los procesos de intercambio de información con otros países en caso de sospechas fundadas de fraude o evasión fiscal. En todo caso, el Consejo Federal Helvético quiso dejar claro que "el secreto bancario suizo permanece intacto".

SUIZOS SUECOS En un comunicado, el Ejecutivo de Berna afirmó que la medida "no tendrá impacto en la situación de los contribuyentes residentes en Suiza". El Estado helvético es un polo de atracción de grandes fortunas. El país precisó que la privacidad de los clientes debe seguir protegida contra la consulta "injustificada" de informaciones relativas a su situación patrimonial, "sin que ello signifique que el secreto bancario proteja a autores de delitos fiscales".

La flexibilización en el intercambio de información fiscal se hará en el marco de los acuerdos bilaterales existentes con otros países para evitar la doble imposición. Suiza se ha visto sometida a fuertes presiones en los últimos meses. El mayor banco del país, UBS, accedió hace unas semanas a revelar unos cientos de nombres de clientes de EEUU acusados por Washington de fraude fiscal, ante la amenaza de retirarle la licencia para operar en ese país. Pero el contencioso no se paró porque EEUU reclamó al banco que rompiera el secreto de más de 50.000 cuentas, a lo que este se negó.

También Austria, que tiene uno de los secretos bancarios más restrictivos de Europa, anunció que permitirá acceder a las cuentas bancarias de ciudadanos extranjeros en caso de sospechas de autoridades fiscales de otros países. El ministro austriaco de Finanzas, Josef Pröll, dijo que esas sospechas deberán estar "bien documentadas y justificadas". Hasta ahora, los bancos del país solo estaban obligados a informar a otros países si había un proceso judicial abierto.

Los países en desarrollo pierden cada año casi 100.000 millones de euros que van a parar a paraísos fiscales, afirma Oxfam Internacional (Intermón Oxfam en España). Un análisis realizado por James Henry, execonomista de McKinsey Co y miembro de Oxfam, revela que al menos cinco billones de euros de la riqueza procedente de los países en desarrollo está en manos de particulares en paraísos fiscales.