Las compañías aéreas parecen haber encontrado en la reducción de los precios la fórmula ideal para detener la sangría de pasajeros que sacude al sector. Las aerolíneas iniciaron en julio el camino de la recuperación al registrarse una caída del tráfico internacional de tan sólo el 3,6%, frente al descenso del 12,4% sufrido en junio. La industria aérea espera que el recorte de tarifas ayude a terminar el año con una bajada del 2%.

Según los datos de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), el tráfico global de los siete primeros meses del año fue inferior en un 6,5% al del mismo periodo del año pasado. Este retroceso, aun siendo importante, es sensiblemente menor del que se registraba en junio, cuando las compañías asiáticas llegaron a perder el 32% en volumen de pasajeros.

Las aerolíneas con una mayor caída de clientes entre enero y julio fueron las de Sudeste Asiático (15,5%) y EEUU (10,6%). Las europeas cerraron el periodo con un leve descenso del 0,5%, mientras que las ubicadas en Suramérica y Oriente Medio mejoraron el 8,6% y el 7,5%, respectivamente.

La recuperación del tráfico observada en julio obedece, en gran medida, a la política de abaratamiento de las tarifas. "Mientras que el tráfico de pasajeros parece estar mejorando, no podemos ignorar la influencia de las ofertas de precios que las compañías aéreas han impulsado para estimular el mercado", reconoce el director general de IATA, Giovanni Bisigniani, para quien "la recuperación será evidente cuando los precios vuelvan a la normalidad".

La rebaja de los billetes se ha traducido en una importante caída de los ingresos por pasajero en el primer semestre, que ha sido especialmente intensa en compañías como KLM (10,7%), British Airways (10,1%) y Lufthansa (9,7%). En el caso de Iberia, el recorte de estos ingresos, cercano al 8%, se ha visto compensado con una mejora de la ocupación de 1,6 puntos en agosto (hasta la cifra récord del 81,2%) y de 1,9 puntos en los ocho primeros meses del año.

MEDIDAS DE CHOQUE

Para combatir la crisis, las aerolíneas no han tenido más remedio que adoptar medidas de choque. Aparte de la eliminación de vuelos, el recorte de plantillas o la reducción de salarios, las empresas están volcando sus esfuerzos en suprimir o rebajar las comisiones que pagan a las agencias de viajes. British Airways ya ha anunciado su intención de reducirlas hasta el 1% a partir del próximo 1 de diciembre.

Otra de las medidas es dejar a elección del pasajero si quiere recibir determinados servicios, como el de las comidas.