Los hogares españoles siguen estirando más el brazo que la manga. Uno de los indicadores de ese hábito es la tasa de ahorro, cuya media anual tocó fondo en el 2006 al caer medio punto respecto a la del 2005, y situarse en el 10,1%. Eso quiere decir que las familias dedicaron, el año pasado, una media del 10,1% de sus ingresos al ahorro. No obstante, en el último trimestre del año se produjo una mejora de casi dos puntos (16,2%).

El descenso de la capacidad de llenar la hucha, en su nivel más bajo desde 1999, es consecuencia de que la renta disponible bruta aumentó un 6,8%, por debajo del incremento del gasto de los hogares en consumo final (7,4%), según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística.