Con más de 4.000 millones de conexiones de telefonía móvil en el mundo y en un contexto de crisis económica global, los fabricantes y las operadoras de telecomunicaciones confían su futuro al crecimiento de los países en vías de desarrollo, como China, India, los del sureste asiático o los africanos. Pero también estos países han hecho de las comunicaciones una herramienta clave para su desarrollo, como demostraron ayer los directivos de la GSM Association, que organiza el Mobile World Congress, la feria mundial de la telefonía móvil, que abrió ayer sus puertas en Barcelona.

"Los teléfonos móviles tienen un impacto muy profundo en el desarrollo de estas economías, porque les permiten realizar transacciones comerciales con sus clientes", explicó ayer Jeffrey Sachs, consejero especial de la ONU, evocando casos como los de poblaciones remotas de Kenia o la India, donde han iniciado negocios de mediano alcance gracias al móvil.

China, pese al impacto de la crisis que ha cerrado fábricas, es un gigantesco tractor en este sentido. "Hay menos llamadas internacionales y menos consumo interno, pero el año pasado ganamos 88 millones de nuevos clientes, que se añadieron a los 460 millones que tenemos ya", explicó Wang Jianzhou, presidente de China Telecom, la mayor operadora del país asiático, que realiza grandes inversiones en construir redes de tercera generación móvil que puedan funcionar como acceso a internet. Y se hacen infraestructuras similares en la India.

AVANCES También se piensa en el sector de las telecomunicaciones para salir de la crisis en países como Gran Bretaña o EEUU. De hecho, las operadoras despliegan redes de la futura cuarta generación de telefonía, Long Term Evolution, pensando en el 2011, y de fibra óptica, lo que requiere costosas inversiones que a menudo topan con las autoridades de Bruselas.