César Alierta, presidente de Telefónica, se comprometió ayer, ante la junta general de accionistas, a que el más de millón y medio de accionistas de la primera multinacional española dupliquen el beneficio por acción hasta el 2009. Es decir, los accionistas "cobrarán la cifra de un euro por acción", anunció Alierta en una junta que no levantó demasiada expectación. Para este año, se aprobó un dividendo por acción de 60 céntimos, un 20% más que el año anterior.

Unicamente algunos sindicatos minoritarios amenizaron el pabellón 10 del Ifema de Madrid, medio vacío, reprochando a los consejeros sus sueldos y el fichaje del duque de Palma, Iñaki Urdangarín, como consejero de Telefónica Móviles.

La junta fue un paseo para un Alierta que presumió de presidir "la tercera operadora del mundo de telecomunicaciones por número de clientes", tras China Mobile y China Telecom, con 153 millones de clientes.

REDUCIR DEUDA En este contexto, Alierta se comprometió a no llevar a cabo ampliaciones de capital durante este año y en el 2007. No empleará más de 1.500 millones en inversiones y compras, para "reducir deuda" y asegurarse una "adecuada" calificación crediticia.

El primer objetivo de la operadora es el aumento de ingresos. En el 2009, los mercados en los que operan "alcanzarán 708 millones de habitantes", subrayó Alierta, lo que llevará a Telefónica a los 255 millones de accesos, un 66% más que en el 2005.

La junta, que aprobó la fusión de Telefónica Móviles con Telefónica, acabó con un esfuerzo del presidente por responder a las quejas sobre la acción. Asumió que la cotización ha sufrido una "corrección" del 7,8% entre diciembre del 2004 y junio de este año, pero es poco comparado con France Télécom, Deutsche Telekom o Telecom Italia, con caídas superiores al 20%. El aragonés reconoció que no "está conforme con esta evolución".