Telefónica está dispuesta a casi todo para lograr el control de la operadora de móvil líder en Brasil, Vivo. La compañía española, que en mayo ofreció 5.700 millones de euros a Portugal Telecom (PT) por su participación en Vivo, elevó el pasado martes su oferta el 14%, hasta los 6.500 millones.

Este último movimiento sucede después de que la compañía lusa se negara a vender su 50% de Brasilcel, compañía que controla Vivo (la otra mitad es de Telefónica) y de que la operadora española amenazara con una opa hostil sobre la portuguesa.

Tras recibir la nueva oferta, PT comunicó que el precio "no refleja su valor estratégico", y anunció la convocatoria de la asamblea para que decida.

César Alierta, presidente de Telefónica, afirmó ayer en la junta general de accionistas de la compañía española que no tiene "ninguna duda" de que PT acabará aceptando la oferta, que calificó de "impecable". "La junta de PT aceptará la oferta porque es muy beneficiosa para sus accionistas", dijo Alierta.

´ACCION DE ORO´ En esta historia también tiene su papel el Gobierno portugués, que aún no se ha manifestado sobre si hará uso de la golden share (acción de oro ) que tiene en PT para frenar una eventual opa. El ministro luso de Comunicaciones, Antonio Mendoca, afirmó ayer que su Ejecutivo definirá su posición sobre la oferta de Telefónica "cuando sea oportuno". La acción de oro no está aceptada por Bruselas.

El gran interés que tiene Telefónica por Vivo responde a su intención de integrar el negocio móvil con su filial brasileña de fijo, Telesp, y dar lugar así a la mayor operadora del país latinoamericano.

Los accionistas de Telefónica disfrutaron en el 2009 de una rentabilidad total del 29,5%, la mayor tasa entre sus iguales de Europa y EEUU, dijo Alierta ayer en Madrid, en la junta ordinaria. Así, los accionistas disfrutarán de un dividendo de 1,40 euros por acción, el 21,7% más.