La detección de casos de coronavirus en las empresas está obligando a acelerar la implantación del teletrabajo en España. Primero fue Telefónica al registrar un caso en Madrid. Después le tocó a Puig, que al registrar un caso en un pequeño departamento tuvo que enviar a ocho empleados a trabajar desde casa. Este jueves le tocó el turno a la consultora EY, que tomó la drástica decisión de enviar a 3.100 empleados a trabajar desde casa. Este viernes ha sido Bankia la que ha decidido hacer lo mismo con 80 empleados. El criticado manual impulsado por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ya se está aplicando, como medida preventiva para evitar la proliferación de los contagios. La amenaza del coronavirus puede cambiar los hábitos de trabajo de toda España en los próximos meses.

El patrón común de comportamiento de los órganos de dirección de las empresas afectadas por casos de coronavirus ha sido enviar durante 14 días a sus empleados que hubiesen estado cerca de los compañeros con un caso confirmado. Pero causa inquietud que puede pasar si estos casos se desarrollan en plantas de fabricación y no en empresas de servicios. La constatación de cancelaciones de hoteles (un 25% en Madrid) o de viajes (las aerolíneas prevén que recortarán sus ingresos unos 80.000 millones) abona las incertidumbres. Pero una cuestión es limitar los viajes de los directivos o empleados y otra muy distinta reorganizar la producción. Y en eso falta flexibilidad.

Fue el asunto de las medidas a tomar en caso de coronavirus uno de los temas recurrentes en las conversaciones en la feria industrial Advanced Factories celebrada en Barcelona. Pero pese a la inquietud entre los asistentes, la afluencia no se resintió ni los estrechones de mano se dejaron de lado, al preferirse creer en que el coronavirus no es mucho más que una gripe.

En opinión del profesor de la UOC Pere Vidal, "en el caso de estar en aislamiento preventivo como consecuencia del coronavirus, se considerará que el trabajador está en situación de incapacidad temporal derivada de enfermedad común". De aplicarse a rajatabla esa perspectiva, los costes para el sistema laboral español y para las empresas son actualmente difíciles de calcular en caso de que los contagios vayan a más.

Para Eva Rimbau, profesora de Economía y Empresa de la UOC y experta en teletrabajo, las actuales medidas de emergencia tomadas "serán costosas y probablemente no darán los resultados esperados, y por ello se podría llegar a pensar que no funcionan". "Implantar en una empresa el teletrabajo cuando no se ha hecho nunca es muy difícil porque requiere políticas, tecnología y una calidad directiva que no se improvisa", opina Rimbau. Además, el teletrabajo no se puede imponer.