La británica Vodafone dio ayer la voz de alarma en los mercados. Presentó unos resultados peor de lo que se esperaba y destacó la caída de su actividad en España como el origen de sus problemas. Puede que injustificadamente a juzgar por la opinión de los analistas, pero la noticia extendió el pánico entre los inversores del sector de las telecomunicaciones, que vieron desplomarse la cotización, de esos valores ante el temor a que la crisis que atenaza al sector financiero y al inmobiliario se extienda ya a otras actividades de la economía.

La operadora española, Telefónica, fue la compañía que peor parada salió de la jornada, a excepción de la británica. En los momentos más dramáticos de la jornada llegó a perder hasta el 8,5%. Con una ponderación en el Ibex del 20%, la operadora lastró la cotización del conjunto del mercado español, que llegó a perder hasta el 3,5% durante la mañana. Los inversores dieron por sentado que si Vodafone tiene problemas por la evolución de su negocio en España, Telefónica no será menos, lo que, sin embargo, no comparten ni la compañía presidida por César Alierta ni los analistas.

MENOR REPERCUSION Finalmente, Telefónica no acusó tanto como la propia Vodafone las malas noticias. La operadora española cerró la sesión con un descenso del 5,6%, hasta los 16,32 dólares. Con su desplome, lastró el Ibex 35 el 1,48%, para cerrar en 11.610 puntos. Sin embargo, la británica cedió el 13,57% y provocó que el FTSE 100 de Londres cediera el 0,7%.

Fuentes de Telefónica explicaron ayer que, si bien no puede avanzar los resultados que la compañía espera presentar el 31 de julio, su estructura del negocio es diferente a la de Vodafone. Mientras que esta es exclusivamente una compañía de telefonía móvil, la operadora española recuerda que tiene el 50% del negocio de telefonía fija, además del negocio de la banda ancha (ADSL), en el que controla un 40% del mercado local.

Alierta ha explicado en varias ocasiones a los analistas financieros que la compañía mantendrá un crecimiento de los ingresos de entre el 5% y el 8% por lo menos hasta el 2010.