El teorema de Thomas, uno de los pilares de la sociología formulado por William I. Thomas en 1928, dice que "si los hombres definen unas situaciones como reales, las consecuencias de estas terminan por ser reales". Su evolución es el concepto de profecía autocumplida, que formuló Robert K. Merton, y que viene a decir que algunos augurios generan comportamientos nuevos que provocan que termine por cumplirse lo augurado.

En la crisis de la deuda de la zona euro ha habido mucho de ambos, como estos días le está tocando sufrir a Portugal. Los inversores compraron al Tesoro luso el miércoles 500 millones de euros en deuda, pero le exigieron un interés el 80% superior que en su anterior colocación. Inmediatamente, el interés de la deuda portuguesa en el mercado secundario (el de transacciones, vaya, entre inversores) se disparó, lo que hace previsible que el país tenga que subir otra vez los intereses para colocar su emisión de la semana que viene.

El mercado, en definitiva, está generando miedo a Portugal, beneficiándose de ello, y generando aun más miedo, para beneficiarse todavía más. De los 51 analistas consultados por Reuters, 44 dan por seguro el rescate del país vecino...

La secuencia de acontecimientos amenaza con seguir el tenebroso sendero por el que antes transitaron Grecia e Irlanda. Si Portugal cae, habrá que preocuparse, porque la siguiente pieza del dominó es España. Igual demasiado grande para sucumbir, pero no para tambalearse.

El contagio, por el momento, resulta evidente. La visita del nuevo Mister Marshall chino logró suavizar la prima de riesgo de la deuda española --la posibilidad de impago que percibe el mercado-- hasta los 236 puntos básicos a comienzos de esta semana, pero ayer se disparó hasta los 269 puntos.

Así las cosas, el Ibex 35 se dejó ayer el 1,46% de su valor, hasta colocarse en los 9.569,7 puntos. En lo poco que va de año, ya desciende el 3%, que se suma a la caída del 17,4% registrada en el pasado ejercicio. A no ser que las autoridades continentales, particularmente el Banco Central Europeo (BCE), den por fin la ansiada respuesta contundente, todo apunta a que la situación continuará empeorando.