El Tesoro realizar este año una emisión neta de deuda pública de unos 9.000 millones de euros por cuenta de las comunidades autónomas acogidas al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y al Fondo de Facilidad Financiera (FFF). Esta cantidad es ligeramente inferior a los 15.000 millones emitidos en el 2018 por cuenta de las comunidades y, según el secretario general del Tesoro, Carlos San Basilio, ello es debido al menor déficit autonómico previsto este año y, sobre todo, a la progresiva desvinculación de los gobiernos regionales de la asistencia financiera del Estado.

En el 2018 volvieron a salir al mercado por cuenta propia, en busca de financiación, las comunidades de Andalucía (600 millones) y Baleares (500 millones), después de haber cumplido con sus objetivos de déficit. Para este año se prevé que estas dos comunidades aumenten su apelación directa al mercado y que también puedan hacerlo otras autonomías, de modo que el Tesoro pueda rebajar de 15.000 a 9.000 millones su emisión de deuda por cuenta de estas

Según fuentes de Hacienda, Galicia también ha solicitado salir al mercado de deuda este año y desvincularse del Estado.

No podrá ser el caso aún de Catalunya, que, según la regulación actual, al menos tendrá que esperar al 2020 para financiarse en los mercados por cuenta propia. De momento, la Generalitat prevé dar un primer paso en el 2019, con la salida de FLA para atender las nuevas necesidades de financiación y su acceso al Fondo de Facilidad (FFF), también dependiente del Tesoro estatal pero con una menor condicionalidad frente al Govern. El objetivo es poder salir al mercado en el 2020. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, advirtió este lunes que el paso del FLA al FFF no anulará el control reforzado al que está sometido la Generalitat desde noviembre del 2011 tras la deriva independentista del Govern.

ESTRATEGIA PARA EL 2019

El secretario general del Tesoro, Carlos San Basilio, ha presentado este martes la estrategia de su departamento para este ejecicio en el que se prevé una emisión neta de deuda pública por importe de 35.000 millones de euros para financiar las nuevas necesidades del Estado, la Seguridad Social y las autonomías bajo paragua estatal.

La cifra de 35.000 millones es inferior a la que se presupuestó para el 2018 (40.000 millones) pero se sitúa por encima de la que finalmente resultó el año pasado (34.277 millones) a pesar de que el déficit de las administraciones debe reducirse de forma drástica, desde el 2,7% del PIB previsto para el cierre del 2018 hasta el 1,3% proyectado para el 2019.

Según San Basilio, esta aparente incongruencia se explica, sobre todo, porque el Tesoro fija su estrategia tomando en consideración el déficit de caja (entrada efectiva de recaudación y abono de pagos) y no el déficit en términos de contabilidad nacional (que mide los compromisos de ingresos y gastos).

Con todo, el secretario general tildó de "prudente y conservadora" la previsión de emisión neta de deuda y confió en poder reducirla a lo largo del ejercicio, del mismo modo que sucedió en el 2018.

El objetivo que se plantea el Gobierno es reducir el peso de la deuda pública sobre el PIB desde el 96,9% del 2018 al 95,4% en el 2019, tras haber tocado techo en el 2014 (100,4% del PIB). También se pretende mantener el peso de la carga del pago de intereses sobre el PIB en el 2,5%, el mismo nivel que en el 2018 (el 3,1% en el 2014).

ALARGAR LA VIDA Y REDUCIR COSTES

La previsión para el 2019 de emisión bruta de deuda (para cubrir también los vencimientos de títulos) se cifra en 209.526 millones, ligeramente por debajo de los 212.964 del año pasado. La estrategia de los últimos años se ha centrado en alargar la vida media de la deuda en circulación -que ha pasado de una media de 6,20 años en el 2013 7,45 años en el 2018- y seguir reduciendo su coste medio, que ha pasado del 4,07% en el 201 a un nivel "que hace unos años parecía de ciencia ficción" del 0,64% en la actualidad.

"En 2019 no es previsible que se mantenga el ritmo de crecimiento de la vida media de la deuda del Estado en circulación en los últimos años, pero sí que continúe cayendo su coste medio, a pesar el aumento previsto de los tipos de interés", asegura el Tesoro.