España afronta dificultades después de tres décadas de auge económico, destaca hoy la revista británica "The Economist", que afirma que el sistema político y la economía del país tienen por delante una prueba muy dura.

En un suplemento especial dedicado a España, la publicación evalúa en distintos artículos los puntos fuertes y débiles del país, después de atravesar por una "extraordinaria transformación" desde la muerte del general Francisco Franco en 1975.

Bajo el titular de "El día después", "The Economist" resalta la reelección en marzo pasado de José Luis Rodríguez Zapatero, el triunfo de la selección española en el campeonato europeo de fútbol y la victoria de Rafael Nadal en el torneo de tenis de Wimbledon.

"Pero cada mes desde las elecciones, las noticias internas se han vuelto más sombrías. La inversión está bajando. El desempleo en agosto estaba en el 11,3 por ciento", añade.

"La economía creció sólo un 0,1 por ciento entre el primer y segundo trimestre de este año", subraya la publicación. La revista también hace referencia a la decisión de Zapatero de interrumpir sus vacaciones estivales para atender el pasado agosto una reunión de emergencia del Gobierno.

"Con una tristeza que ha tomado a funcionarios por sorpresa, el auge económico se desplomó. Cuando el Banco Central Europeo subió este año los tipos de interés, la burbuja inmobiliaria estalló", señala "The Economist".

Pero pone de manifiesto que Zapatero cree que el sistema financiero de España es más fuerte que el de otros países pues ningún banco ha tenido dificultades.

Según la revista, Zapatero ha señalado -en unas declaraciones con motivo de este suplemento- que la economía afronta un periodo de estancamiento, pero ha insistido en que "una vez que la calma retorne al sistema internacional, volveremos al crecimiento sin que la economía española haya sufrido daños estructurales".

"The Economist" indica que los cambios sociales y políticos han estado de la mano de los progresos económicos. Entre 1994 y el 2007, la economía -agrega- tuvo un crecimiento promedio anual del 3,6 por ciento, lo que permitió un descenso del desempleo (del 24 al 8 por ciento).

Pero subraya que "una generación de jóvenes españoles que han crecido conociendo sólo el rápido crecimiento económico, ahora pueden tener que afrontar el desempleo".

"Esto -prosigue la revista- pondrá al sistema político de España, así como a su economía, a la prueba más severa desde los primeros años de su transición a la democracia".