El presidente del BBVA, Carlos Torres Vila, dio ayer por hecho que no será imputado por la Audiencia Nacional por la relación de su banco con el excomisario Villarejo. «No hay ninguna posibilidad de que yo tenga nada que ver con estos asuntos. No tengo ninguna conexión con los hechos», aseguró. El banquero, en cambio, declinó hablar sobre su predecesor, Francisco González, de quien hace un año sí aseguró creer en su inocencia.

Desde entonces, González ha sido imputado y Torres se basó en ello para eludir pronunciarse. Lo que sí hizo fue defender que el BBVA, imputado como persona jurídica, «no tiene ninguna responsabilidad».

Además, apuntó que el banco está centrado en crecer por sí mismo, pero estudiará las posibles fusiones que se le presenten. Eso sí, afirmó que no aceptará presiones externas.

El BBVA ganó 3.512 millones de euros el año pasado, un 35% menos que en el 2018. El descenso se debió principalmente a que la entidad tuvo que aflorar unas pérdidas de 1.318 millones por el deterioro del valor de su filial en Estados Unidos, mientras que en el año precedente obtuvo unas plusvalías extraordinarias de 633 millones por la venta de su banco en Chile.