Una hora y 50 minutos. Ese es el tiempo que pasó ayer Akio Toyoda, presidente de Toyota, atendiendo en Tokio a medios de comunicación en su segunda rueda de prensa en cinco días. Necesitaba apuntalar la confianza en la firma nipona, igual que hacía con un artículo de opinión en The Washington Post . Y todo porque ayer mismo Toyota confirmaba la llamada a revisión de 437.000 de sus coches Prius y otros tres modelos de híbridos --2.300 de ellos en España-- por un fallo en sus sistemas de freno.

El problema para Toyota va más allá del mal funcionamiento de los frenos de los híbridos, una deficiencia originada en un fallo informático solucionable en 40 minutos y que no ha provocado accidentes. El lunes Toyota se encontró con la primera demanda conjunta presentada en Los Angeles por un grupo de inversores que, a raíz de los problemas de los frenos, alegan que la compañía los conocía y los ocultó, así como su negocio y sus perspectivas de resultados. También proliferan las demandas por los aceleradores defectuosos.