El consorcio automovilístico japonés Toyota, el primer fabricante del mundo en ventas, registrará al cierre del ejercicio del 2008 las primeras pérdidas operativas --relacionadas con la venta de coches-- de su historia, de 150.000 millones de yenes (unos 1.209 millones de euros), por el efecto del cambio del yen frente a otras divisas y la reducción de la demanda de automóviles en todo el mundo, incluida China.

La multinacional ha rebajado también sus previsiones de beneficio neto, que sitúa ahora en 403 millones de euros, frente a los 4.435 millones que preveía en noviembre, es decir, que se queda en el 90% menos. La estimación de ventas también se reduce el 4%, y pasa a 8,96 millones de unidades en todo el mundo, en gran parte por la revalorización del yen frente al dólar.

El grupo automovilístico registrará un volumen de producción de 9,23 millones de unidades de todas sus marcas al cierre del año fiscal, un 3% menos, mientras que las exportaciones alcanzarán 2,77 millones, un 4% menos.

Estas cifras harán que el primer fabricante del mundo inicie recortes o paralizaciones temporales de producción en varias de sus fábricas, además de no contratar a 450 trabajadores temporales de su plantilla. La medida, muy poco común en Toyota, incluye el cierre total durante un día de cinco de sus plantas en Hokkaido, al norte de Japón, el primero que establece la compañía en 15 años para reducir la producción.

ENTORNO DIFICIL "Nuestro entorno es cada vez más difícil. Es una situación de urgencia sin precedentes", aseguró el presidente ejecutivo de la empresa, Katsuaki Watanabe. Toyota esperaba disputar este año a General Motors el trono del primer fabricante también en producción.

El encarecimiento del yen, además de reducir las ventas, ha supuesto que los beneficios obtenidos en el extranjero por las empresas japonesas hayan sido menores.