Trabajo apura las negociaciones para lograr sumar a la patronal al acuerdo que ya tiene encarrilado con los sindicatos para renovar los incentivos a los ERTE del covid hasta septiembre. Tras más de 12 horas de contactos, con una reunión presencial matutina y una tarde de llamadas y mensajes por teléfono entre el Ministerio de Trabajo y agentes sociales, Yolanda Díaz no logró ayer, a cierre de esta edición, conseguir la firma de la CEOE. Unos 2,2 millones de trabajadores continúan actualmente en ERTE y están a expensas del acuerdo. Hoy está previsto que se reanuden las negociaciones, tras subir ayer Trabajo a última hora su oferta para conseguir atraer a la patronal al pacto que sí tiene la aprobación de las centrales sindicales. Las condiciones de esta última prórroga de los ERTE mejoran las de la anterior; con más exoneraciones para empresas y mayores garantías al empleo. En un último movimiento, Trabajo ha incluido la posibilidad de mantener las exoneraciones para las empresas en ERTE total y ha mejorado la cobertura para los parciales para satisfacer a la CEOE.

Las condiciones de salvaguarda del empleo que ha planteado el Ejecutivo como contrapartida a esa inversión de recursos públicos han levantado las reticencias de CEOE para sumarse al pacto. Al veto a los despidos durante seis meses (bajo pena de devolver las ayudas a los ERTE), Trabajo ha añadido en esta ocasión nuevas condiciones. Las compañías que continúen en ERTE no podrán plantear horas extras, ni subcontratar o externalizar parte de su actividad principal durante el mismo; según figura en uno de los últimos borradores a los que ha tenido acceso este diario. También tendrán la obligación de prorrogar los contratos temporales que venzan durante el ERTE el tiempo equivalente a la duración del mismo.

Los sindicatos han defendido estos elementos como imprescindibles para un acuerdo. Por su parte, los empresarios entienden que estas cláusulas de garantía del empleo son un lastre para sus compañías,.

Los agentes sociales han recelado desde el principio de la doble escala de exoneraciones a las cotizaciones a las empresas, que premia en mayor medida a las que sacan a trabajadores del expediente regulatorio. Una lógica que hasta ahora habían rechazado, pues consideran que las empresas que no desafecten a empleados lo harán más por un problema de oferta que por los incentivos habilitados.

Para convencer a CCOO, UGT y especialmente a la CEOE, el Gobierno ha incrementado en su oferta la cobertura de las exoneraciones respecto a sus primeras propuestas y las ha extendido a los ERTE por causas objetivas. Las últimas cifras incluyen exoneraciones de cotizaciones de entre el 65% y el 45% para las compañías en el caso de que desafecten trabajadores y según su tamaño. En el caso de que no los desafecten, las exoneraciones serán de entre el 30% y el 45% a partir del 30 de junio. Unas condiciones que se mantendrán iguales hasta el 30 de septiembre o bien hasta que se levantara el expediente . Una baza con la que Trabajo pretende atraer a la patronal para alcanzar un consenso definitivo es con el mantenimiento de las exoneraciones para las empresas que permanecieran en ERTE total.