"Muchos productores extremeños abandonarían el sector y Extremadura sería una de las zonas donde más arranque de viñedos se produciría". Así de tajante se muestra el secretario general de UCE-Extremadura, Ignacio Huertas, tras conocer la nueva propuesta de reforma de la OCM del sector vitivinícola dada a conocer ayer por la Comisión Europea.

En esencia, la reforma contempla el arranque voluntario de 200.000 hectáreas en toda la UE (la mitad de las que recogía la propuesta inicial), la eliminación de las ayudas a la destilación, almacenamiento y mostos, y el empleo de los recursos (unos 1.300 millones) tanto en medidas de promoción del vino europeo, como en financiación de las ayudas por arranque de viñedos (7.200 euros de media por hectárea que irían descendiendo cada año hasta los 3.000 euros en el 2013) y la puesta en marcha de medidas de desarrollo rural con los fondos sobrantes.

Además, a partir del 2014 se liberalizaría el sector, de manera que desaparecería la limitación sobre el número de hectáreas sembradas, aunque éstas ya no contarían con ayudas europeas.

En una primera valoración, la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, aseguró que la Comisión "ha entendido" la postura española al disminuir el número de hectáreas que se arranquen, aunque señaló que la propuesta puede mejorarse en los próximos meses. Mientras el director general de Agricultura de este mismo ministerio, Francisco Mombiela, indicó que el texto, aun teniendo aspectos positivos "no es ni mucho menos satisfactorio para España".

Quien mostró un rechazo frontal fue UPA-Extremadura. Según Huertas, los productores de la región serían de los más afectados "porque en la reforma se juega el futuro del vino de mesa, y eso es lo que más tenemos". Huertas indicó que al eliminarse las ayudas que regulaban el mercado, "la rentabilidad de muchos agricultores caerá y se verán abocados al abandono de la actividad".

Según dijo, es difícil saber cuántas de las 100.000 hectáreas de viñedo extremeño se arrancarán, pero auguró que "muchas más que en La Rioja". También advirtió de que los 7.200 euros por hectárea arrancada "no los cobrarán todos, porque se pagarán según el rendimiento". Huertas consideró contradictorio que primero se pague el arranque y luego se permita sembrar más viñedo.