Los jóvenes compran menos vivienda principal y alquilan más. Por su parte, los más mayores y los de más renta y riqueza son los que más vivienda secundaria compran. Estos, finalmente actúan como arrendadores de vivienda para los más jóvenes, que acaban transfiriéndoles parte de su renta, según fuentes del Banco de España.

Entre el 2014 y el 2017, se redujo el porcentaje de hogares propietarios de su vivienda principal, desde el 80,4% hasta el 75,9%. La caída fue más intensa en el caso de los hogares con cabeza de familia menor de 35 años (caída de 8,3 puntos, hasta 41,3%) y en los de un nivel de renta más bajo.

Mientras tanto, aumentó hasta el 31,9% la proporción de hogares propietarios de una segunda vivienda de la mano de las personas de más edad y mayor nivel de renta que, en parte, se han ido convirtiendo en nuevos arrendadores para los más jóvenes.

Desde el punto de vista del Banco de España resulta esencial mejorar el funcionamiento del mercado del alquiler y del laboral para impulsar un crecimiento económico «socialmente sostenible», más favorable para los jóvenes.