La mezcla de noticias positivas y negativas, pero en todo caso de escaso impacto, convirtió la jornada de ayer de la bolsa en un día de transición. El Ibex 35 comenzó la jornada con fuerza, luego pasó a los números rojos, y solo la positiva apertura de Wall Street le permitió darse la vuelta. El selectivo español cerró con un alza del 0,19%, hasta los 10.278 puntos.

La publicación de las pruebas de resistencia de la banca el viernes de la semana que viene y la confirmación de la calificación crediticia del Santander y el BBVA no pudieron contrarrestar que la apelación de las entidades financieras españolas al Banco Central Europeo (BCE) subiese en junio hasta los 126.300 millones de euros, un 48% más que los 85.620 millones del pasado mayo.

Tampoco ayudó que el Gobierno haya decidido pedir a Bruselas una prorroga del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y que haya permitido que este apoye a entidades individuales. Se ha tomado como una señal de debilidad, y los bancos cotizados lo sufrieron.

En este escenario de incertidumbre, los inversores están a la espera de la publicación de los resultados empresariales del primer semestre para saber a qué atenerse. En toda Europa se vivió una sesión de transición e indefinición. El selectivo alemán subió el 0,30%, pero el británico cayó el 0,33% y el francés retrocedió el 0,13%.

De los grandes valores, cayeron Santander (0,15%), y BBVA (0,01%), y subieron Iberdrola (0,06%), Repsol (0,2%) y Telefónica (0,76%). Banesto fue el único banco que subió (1,39%), gracias a que presentó unos beneficios mayores de lo esperado. La mayor subida fue para Sacyr (4,94%) y el mayor descenso para Telecinco (2,63%). En el mercado de divisas, el euro se cambiaba ayer a 1,277 euros y a 113,2 yenes mientras que, en el mercado de divisas, el diferencial entre la deuda española y la alemana se acercaba a 206 puntos básicos tras el repunte de la rentabilidad de los bonos españoles.