Los transportistas avanzaron ayer un gran trecho en sus negociaciones con el Gobierno para paliar los efectos de la subida del gasóleo, pero no lo suficiente como para desconvocar el paro previsto en toda España para mañana. Las organizaciones gremiales alcanzaron por la mañana un acuerdo con el Ministerio de Fomento y mantuvieron después reuniones con los departamentos de Trabajo y Economía y Hacienda. Sin embargo, a última hora de ayer no tenían concertada todavía la decisiva reunión con los cargadores, auténtica llave para que no haya huelga.

Fuentes de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), convocante del paro, reconocieron que iba a ser "muy difícil" evitarlo, dado que el Ministerio del Interior no había acudido a las reuniones y que los cargadores no daban muestras de flexibilidad. El propio presidente de CETM, Marcos Montero, aseguró que la desconvocatoria no era "previsible ni posible, salvo un milagro".

AJUSTE DE PRECIOS El secretario general de Transportes, Fernando Palao, explicó que se habían hecho "los deberes" al conseguir pactar con los transportistas "una redacción de todos los puntos" que afectan a Fomento. Dentro de ellos, figura la aplicación de una cláusula de revisión que permitirá a los transportistas elevar sus tarifas en función de la evolución del precio del gasóleo.

Tras llegar a un acuerdo con Fomento, los representantes de los transportistas se reunieron con Trabajo y con Hacienda. Pero la verdadera patata caliente de las negociaciones está en las relaciones con los cargadores, a quienes se quiere imponer una subida de tarifas del 14,3% para compensar el alza del gasóleo en el último año y medio. A última hora de ayer, ni siquiera se sabía si la reunión con éstos sería hoy o el lunes, en plena jornada de paro. La CETM responsabilizó del mantenimiento del paro a los cargadores.