Banda musical, banderitas conmemorativas y presencia de ministros y directivos empresariales. Así se celebró este sábado en la estación moscovita de Kursk el primer enlace ferroviario entre Moscú y Berlín con trenes diseñados y construidos por la empresa española Talgo. Los convoyes materializarán una significativa reducción en el tiempo de viaje empleado hasta el momento, de alrededor de cinco horas, debido, por un lado, al incremento en la velocidad, y por otro, a los solo 20 minutos que emplearán los vagones en cambiar los ejes para el ancho de vía estandar, diferente al que existe en la exURSS.

Las conexiones ferroviarias entre Rusia y las repúblicas de la URSS con el resto de Europa han estado históricamente lastradas por el mismo problema que separó a España del continente durante un siglo y medio, hasta la apertura del túnel ferroviario de Le Perthus en el 2010: el diferente ancho de vía. Hasta la frontera entre Bielorrusia y Polonia, los talgo circulan en ancho ruso, de 1.520 milímetros, un poco más estrecho que el ancho ibérico. En este punto geográfico, se adaptan a unos raíles separados por una medida de 1.435 milímetros, en un intercambiador similar a los que existen en infinidad de puntos ferroviarios en España que conectan la red convencional con la de alta velocidad.

PROYECCIÓN INTERNACIONAL ESPAÑOLA

Esta línea es una prueba de la "proyección internacional" de las empresas españolas, que están dando "muchas oportunidades", ha declarado en los mismos andenes de la estación, con temperaturas próximas a los 8 grados bajo cero, el ministro español de Fomento, Íñigo de la Serna. "La cartera internacional de pedidos de las empresas españolas en el sector de servicios e infraestructuras ha superado los 75.000 millones de euros", ha elogiado. En el acto también ha participado el secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Julio Gómez-Pomar, el Alto Comisionado de la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, y el presidente de Patentes-Talgo, Carlos María de Palacio y Oriol.

El tren nocturno, comercializado con el nombre de 'Strizh' (Vencejo) transitará por cuatro países (Rusia, Bielorrusia, Polonia y Alemania) en aproximadamente 20 horas antes de llegar a la estación de Berlín-Ostbahnhof. Cuenta con 18 vagones para viajeros y dos de apoyo técnico, con compartimentos 'suite', de camas de primera clase, de segunda, butacas, restaurante y cafetería, con una capacidad para 216 viajeros. Dispone, además, de un "novedoso sistema", en palabras de la compañia, "que impide que los ejes se congelen" durante el invierno.

Al transitar por Alemania, el convoy ha sido certificado para alcanzar velocidades de hasta 200 kilómetros por hora. En total, tres unidades serán dedicadas al trayecto Moscú-Berlin, que se unirán a los otro cuatro convoyes que desde el 2015 cubren en tres horas y media los más de 440 kilómetros que separan la capital rusa de la ciudad de Nizhni Nóvgorod.

La empresa española, con presencia en Uzbekistán y que incluso llega a fabricar trenes en la vecina república exsoviética de Kazajistán mediante la 'joint venture' Tulpar-Talgo, tiene planes de incrementar su presencia en Rusia. Sin embargo, según fuentes diplomáticas, la crisis económica que afecta al país desde la anexión de Crimea en el 2014 ha estrechado los márgenes de maniobra del Gobierno ruso debido a las limitaciones presupuestarias.