El Banco Central Europeo (BCE) no tolerará efectos de segunda ronda en la economía de la UE, es decir, que el encarecimiento de los precios de las materias primas acabe por tener un efecto directo en el bolsillo de los consumidores. Su presidente, JeanClaude Trichet, reiteró ayer que la autoridad monetaria vigila la evolución de las expectativas de inflación a medio plazo con el objetivo de evitar la materialización de las presiones de precios en el consumo.

En la rueda de prensa posterior a la reunión del BCE, en la que el consejo de gobierno de la entidad decidió mantener los tipos de interés en el 4%, el banquero volvió a señalar la necesidad de recopilar más información sobre la evolución de las actuales dificultades en los mercados. Trichet indicó que el consejo adoptó la decisión de mantener los tipos por consenso, pero no descartó nuevas subidas.

"No toleraremos una espiral inflacionista en precios. Enviamos este claro mensaje a todos los involucrados en el establecimiento de los precios, tanto en el sector público como privado", dijo Trichet, aludiendo a quienes solicitan del BCE que apueste por el crecimiento económico antes que por los precios.