Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE), cumplió ayer la amenaza de subir los tipos de interés y los llevó del 4% hasta el 4,25%. Empeñado en impedir los efectos inflacionistas de segunda ronda --los que se derivan de incrementos salariales excesivos-- movió al alza el precio del dinero después de un año sin tocarlo.

En la rueda de prensa posterior al consejo del banco recordó que la institución adoptará las medidas necesarias para cumplir su mandato de lograr la estabilidad de precios a medio plazo, y admitió que la inflación se mantendrá en un nivel por encima del objetivo de estabilidad hasta el año próximo, mientras el crecimiento económico continuará a un ritmo moderado.

PREVENCION "La decisión ha sido tomada para prevenir efectos de segunda ronda generalizados y para hacer frente al incremento de los riesgos para la estabilidad de precios en el medio plazo", dijo Trichet, quien indicó que "solo se moderará gradualmente en el 2009". La evolución de los precios del petróleo, que se ha situado en niveles por encima de los 140 dólares por barril, dificulta la vuelta a una situación más calmada.

Trichet no perdió la ocasión para recordar que el BCE es una institución independiente, concentrada en sus responsabilidades hacia 320 millones de habitantes, "por lo que haremos lo que confiemos que debamos hacer". Una alusión, sin duda, a los comentarios del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien pidió a Trichet cautela y responsabilidad. El banquero añadió que la subida del precio del dinero obedece a la existencia de presiones inflacionistas y que habitantes de la zona euro piden a la entidad que proporcione estabilidad de precios.

CUESTION DE FIRMEZA El Ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, abundó ayer en las reticencias españolas a la política de la autoridad monetaria. Se preguntó si el presidente del BCE está "cómodo" con el diferencial entre los tipos básicos de interés en la zona euro (4,25%) y el euríbor a un año (5,432%).

No pareció Trichet dispuesto a dejarse impresionar por las opiniones contrarias a sus posiciones: "La decisión de hoy por ayer muestra que nos tomamos muy en serio nuestra responsabilidad y muestra que nuestras palabras son reales", indicó.

Menos expeditivo resultó a la hora de avanzar movimientos futuros. Expuso que el BCE "no tiene compromisos preestablecidos en política monetaria", por lo que no dio pistas sobre futuras decisiones del consejo de gobierno. Señaló que la institución "hará lo necesario para cumplir su mandato y ser creíble" e indicó que comunicará al mercado de la manera adecuada cualquier novedad, independientemente de las palabras empleadas en su discurso.

La ausencia de pistas dio pie a interpretaciones contradictorias entre los analistas. Silvia Pepino, de JP Morgan dijo a Efe que de las palabras de Trichet se desprende que el BCE, "probablemente, no volverá a subir los tipos en lo que queda de año y que la entidad considera que, con el aumento de hoy por ayer, será suficiente". Menos comprometido con una opción se mostró el analista del Commerzbank Christoph Balz. Consideró que "el BCE deja abiertas todas las opciones, y en un contexto de riesgos inflacionistas crecientes consideramos muy probable un aumento de 25 puntos básicos, hasta el 4,5%".