Le hemos oído, pero no nos ha convencido". Así de tajante se mostraba ayer Walter Cerfeda, secretario confederal de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), respecto a la propuesta del responsable del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, de moderar los salarios para garantizar la creación de empleo.

En su intervención en el plenario del XI congreso del CES, Trichet reiteró su idea de que la moderación salarial es la mejor fórmula para garantizar el crecimiento económico sostenido, la estabilidad de los precios y los niveles de creación de empleo, para "tender de forma progresiva a la plena ocupación". Llegó a pedir a los sindicatos un "ejercicio de responsabilidad" en este sentido ya que, a su juicio, "solo manteniendo la estabilidad se puede lograr la sostenibilidad".

El responsable del BCE recordó que en los últimos ocho años se han creado 12 millones de empleos y se ha reducido la tasa de paro hasta el 7,2%, tendencia que se invertiría de producirse un aumento de los salarios por su influencia en la inflación. Señaló que en la creación de empleo ha influido la reducción del coste de mano de obra.

Insistió en que los acuerdos y políticas salariales no deben obviar la competitividad, que ha ido a la baja, y subrayó la conveniencia de una "revisión del rendimiento de la productividad".

Los planteamientos de Trichet no tuvieron éxito entre los responsables sindicales, dispuestos --como aseguró su secretario general, John Monks-- a pasar "a la ofensiva" en favor de los incrementos salariales. Monks se mostró partidario de un salario mínimo europeo para evitar distancias que en el caso de Alemania quintuplica al de Polonia. Pero, no todos los sindicatos del CES están de acuerdo con Monks, prefieren que la legislación comunitaria obligue a cada país a fijar un salario mínimo en torno al 60% del sueldo medio.