El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, advirtió ayer de que, a su juicio, la crisis de crédito que desde el pasado verano afecta a las economías globales se mantiene "en curso", y descartó que lo peor de sus efectos ya haya pasado, como recientemente han considerado otras personalidades del sector financiero, como el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervin King. "La mejor descripción que puedo hacer de la situación actual es que se trata de una corrección de los mercados muy significativa y que esta continúa", declaró Trichet a la cadena británica BBC.

Trichet reafirmó el objetivo esencial del BCE de vigilar la estabilidad de los precios. "La credibilidad de la estabilidad de precios a medio plazo es el mejor camino para obtener un alto nivel de crecimiento sostenible y de creación de empleo", subrayó el presidente del regulador.

Así, en su opinión, el incremento de los precios experimentado recientemente por la energía y los alimentos es comparable a precedentes severos como la crisis del petróleo en los años 70. En este sentido, el BCE ha decidido mantener el tipo de interés en el 4% como resultado de las presiones inflacionistas y pese al actual escenario de desaceleración económica, ya que, según insistió Trichet, no está previsto un recorte.