La economía mundial puede absorber los riesgos del precio del petróleo. Lo ha dicho Rodrigo Rato, director gerente del FMI. La afirmación parece contundente, pero a todas luces insuficiente para levantar el ánimo a unos inversores que no acaban de ver las cosas claras. Ya está descontado que el precio del petróleo en dólares sigue alto, las desgracias que han ido dejando los huracanes e incluso los datos que se han ido conociendo sobre producción y confianza. Hay una ola de incertidumbre y no hay quien la pare. Lo demuestra en el caso de la Bolsa de Madrid el escaso volumen, siempre termómetro de la dejadez o el ansia.

Finalmente, la semana pasada quedó más o menos en tablas, con una leve subida de apenas un 0,4% y a poco de los 8.100 puntos que está resultando una muralla difícil de saltar. Ni siquiera el viernes la hora bruja de vencimiento de opciones y futuros le dio algo de vidilla al asunto. Y si miramos a las bolsas de nuestro entorno, más o menos lo mismo. Muchos apuestan porque los próximos tiempos van a ser complicados porque hay en el horizonte demasiados interrogantes. Sin duda uno importante será el resultado de las elecciones norteamericanas, incluso la propia celebración de elecciones ya es un punto de referencia y de incertidumbre.

Por supuesto, habrá que ver la evolución de la economía norteamericana y la evolución de los tipos de interés en EEUU. Además, habrá que estar atentos a la marcha de la economía europea, que no va a mal ritmo y a lo que piense el BCE sobre la inflación y el precio del dinero. En definitiva, un trimestre de mucha expectación que en el caso de España se complica con la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2005 en los que veremos hasta dónde llegan las hipotecas de Rodríguez Zapatero. Vamos, cuánto nos va a costar el apoyo de ERC y cuánto va a suponer en términos de déficit.