Técnicos de la troika aterrizan hoy en Lisboa para comenzar los trabajos previos a la octava evaluación del rescate a Portugal, marcada sobre todo por la ambiciosa reforma del Estado que los organismos internacionales le exigen al país.

La misión oficial de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional no comenzará hasta el próximo 15 de julio, aunque en estas tres semanas se espera "adelantar algún trabajo", según informó el propio Ministerio de Finanzas luso.

Encima de la mesa se encuentra la reforma del Estado que debe acometer Portugal a instancias de la troika, y que incluirá ajustes que permitan un ahorro permanente de 4.700 millones de euros en el gasto público, equivalente a un 3 % del PIB luso.

Estas medidas tienen que entrar en vigor entre 2013 y 2014, y aunque algunas de ellas ya han sido aprobadas, todavía falta por concretar muchas de las partidas que se verán reducidas.

El Gobierno luso, de signo conservador, ya anticipó que esta reforma afectará a la plantilla de funcionarios públicos y el sistema de pensiones, aunque falta concretar en qué términos.

El Ejecutivo liderado por el primer ministro Pedro Passos Coelho, que celebró este fin de semana la llegada al ecuador de su mandato tras dos años en el poder, ha mostrado en los últimos meses su disposición a negociar el contenido de dicha reforma con oposición y agentes sociales.

Sin embargo, tanto los partidos de izquierda como los sindicatos rechazan de plano cualquier tipo de recorte y le exigen al Gobierno que se enfrente a la troika para dejar atrás el camino de la austeridad y poner énfasis en la recuperación del crecimiento.

La ruptura del consenso en torno al programa de ajustes acordado en mayo de 2011 a cambio del rescate financiero, evidente en el país desde hace meses, fue señalado por el propio FMI en un informe sobre Portugal divulgado este mes de junio como un factor de riesgo.

Especialmente paradigmático es el caso del principal grupo de la oposición, el socialista, que dio su apoyo al acuerdo firmado con la troika (cuando todavía estaba en el Gobierno) y que ahora defiende que es la hora de decir "basta" a la austeridad.

Portugal atraviesa hoy la considerada como peor crisis de su historia reciente, acumula tres años consecutivos de recesión (2011, 2012 y 2013) y el paro se ha disparado en este período hasta rondar el 18 %.

La alianza conservadora que preside el Ejecutivo luso defiende su gestión por la mejora de la imagen del país frente a los mercados, lo que le ha permitido rebajar los intereses que exigen los inversores para comprar sus títulos de deuda, y se muestra confiada en que el crecimiento regresará el próximo año.