La Comisión Europea se prepara para adoptar medidas económicas con las que frenar el «gran impacto» del coronavirus en ciudadanos y empresas de la Unión Europea. Un debate que Bruselas afronta desde dos enfoques diferentes: «flexibilidad y dinero», según anunció ayer la presidenta del Ejecutivo comuntario, Ursula von der Leyen, que mantiene un estrecho contacto con la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, y el Eurogrupo para preparar la reunión de ministros de Economía y Finanzas europeos del 16 de marzo en que está previsto hacer balance de la situación y estudiar posibles medidas de forma coordinada.

«Estamos explorando la flexibilidad del pacto de estabilidad y crecimiento y excepciones a las reglas de ayudas de Estado», explicó la alemana en rueda de prensa. De momento, Bruselas confirmó que los gastos extraordinarios en los que incurran los gobiernos para responder a la epidemia provocada por el covid-19 no computarán a la hora de calcular el déficit público estructural, lo que significa que no se tendrán en cuenta a la hora de evaluar el grado de cumplimiento de los objetivos del Pacto de Estabilidad. Así se lo comunicaron por carta el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, y el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, al ministro italiano de Finanzas, Roberto Gualtieri, en relación al paquete de medidas extraordinarias anunciado por el Gobierno italiano, por valor de 6.300 millones, y que elevará el déficit público del 2,2 al 2,5% del Producto Interior Bruto.