La Comisión Europea impuso ayer a España un mayor recorte real de las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) autorizadas para el periodo 2008-2012. Bruselas redujo casi a la mitad el mecanismo para obtener emisiones suplementarias a cambio de financiar proyectos de desarrollo limpio en el Tercer Mundo, que se contabilizan como reducciones de emisión.

El total máximo de emisiones anuales de CO2 autorizado se situará en 152,3 millones de toneladas en el periodo 2008-2012, 0,42 millones de toneladas menos de lo propuesto por el Gobierno en el plan nacional para combatir el cambio climático.

Pero el recorte real exigido será mucho mayor del previsto por el Gobierno, debido a que el Ejecutivo comunitario ha limitado a un máximo del 20% de los derechos de emisión las reducciones teóricas de emisiones que podrán obtener las empresas a través de la financiación de proyectos limpios en los países en desarrollo. Este mecanismo se utiliza en la práctica para tolerar emisiones superiores a las permitidas en los países de la Unión Europea (UE), que se compensan con la teórica reducción de emisiones en otras zonas del mundo gracias a la financiación de proyectos de desarrollo limpio. El Gobierno español había previsto en su plan inicial que ese mecanismo de compensaciones podría alcanzar hasta el 39% de las emisiones, según señaló la portavoz del comisario de Medio Ambiente, Stravros Dimas.

La cifra anual máxima de emisiones autorizada para España es un 16,7% inferior a las emisiones verificadas de CO2 que se produjeron en el 2005 (182,9 millones de toneladas) e incluye la contabilización de 6,7 millones de toneladas de emisiones de instalaciones que no figuraban en el anterior plan 2005-2007. Hasta ahora, España está incumpliendo el actual plan, ya que sus emisiones anuales de CO2 superan en 8,5 millones de toneladas la máxima autorizada de 174,4 millones de toneladas.