Ante una nueva jornada negra en los mercados financieros, los principales dirigentes europeos han intensificado la presión sobre Grecia para que aplique las reformas económicas a las que se había comprometido a cambio de la ayuda financiera de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero descartaron que la solución de la actual crisis sea el abandono griego de la zona euro.

La cancillera alemana, Angela Merkel, ha señalado que es esencial que Grecia aplique las medidas prometidas para seguir recibiendo la ayuda. La Comisión Europea también ha insistido en que Atenas debe adoptar las reformas por dolorosas que sean y desmantelar su sobredimensionado y costoso sector público.

Tras el revés electoral de su partido democristiano en el estado Meclkemburgo-Antepomerania y la creciente hostilidad de la población alemana a sufragar el salvamento de la quiebra de países mal gestionados, Merkel intenta asegurarse una mayoría en el Parlamento alemán para aprobar la flexibilización del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y la aportación al segundo paquete de rescate de Grecia.

«Creo que sería extraordinariamente peligroso para nuestro sistema monetario» la salida de Grecia de la zona euro, porque «podría provocar un efecto dominó», ha advirtido Merkel. El presidente de la UE, Herman Van Rompuy, también ha indicado que la salida de Grecia del euro «crearía más problemas que soluciones».

Para el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, es «imperioso» adoptar sin más demoras la nueva normativa de supervisión económica con sanciones semiautomáticas a los países laxos. La Comisión Europea ha destacado que las medidas de austeridad «por sí solas no van a solucionar» los problemas de débil crecimiento de países como España.

La austeridad «tiene que ir acompañada de necesariamente de reformas económicas para que haya más crecimiento y por lo tanto más empleo», ha indicado el portavoz del comisario de Economía, Olli Rehn. «Sin crecimiento es difícil imaginar una mayor estabilidad en la zona euro», ha precisado el citado portavoz, tras recodar que el Ejecutivo comunitario nunca ha recomendado déficit público cero, sino «presupuestos equilibrados».

Los exprimeros ministros socialistas Felipe González (España) y Gerhard Schröder (Alemania) han defendido por su parte en Bruselas la ampliación del fondo de rescate europeo y la emisión de eurobonos para resolver la actual crisis de la deuda pública en la zona euro. Alemania rechaza la emisión de eurobonos, que mutualizaría parte de la deuda pública de la zona euro, porque encarecería el coste de la financiación de los países virtuosos en la gestión de las cuentas públicas.

El manifiesto en favor de los eurobonos ha sido suscrito también por el ex presidente de la Comisión Europea Jacques Delors, el ex premier británico Tony Blair, el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt y el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, entre otros. Felipe González ha estimado que la UE podría decidir la creación de los eurobonos «en pocos meses», en función del nivel de presión de los mercados sobre la deuda de los países más expuestos.