La desregulación de los principales sectores de actividad de la UE avanza, pero a un ritmo más lento de lo previsible. Los ministros de Energía alcanzaron ayer un compromiso sobre la plena liberalización de los mercados del gas y la electricidad en territorio comunitario a partir del 1 de julio del 2007. A partir de esa fecha, todos los consumidores domésticos podrán elegir entre las compañías suministradoras de los servicios. Antes, el 1 de julio del 2004, los clientes industriales disfrutarán ya de la libre elección.

El acuerdo fue anunciado por la ministra francesa de Industria, Nicole Fontaine, representante del país más reticente a la apertura de su mercado eléctrico. Para que Francia aceptara la fecha pactada ayer en Bruselas, los ministros se comprometieron a que el Ejecutivo comunitario elabore un informe antes del 1 de enero del 2006 en el que se analice cómo funciona la liberalización con los clientes industriales.

A la vista de ese estudio podrían imponerse medidas correctoras en los países que no contribuyan a fomentar la competencia. "Sólo una situación muy degradada del servicio público", dijo Fontaine, podría poner en peligro la liberalización total.

Otro de los escollos que dificultaba el avance era la obligación legal de dividir las empresas energéticas según su actividad (producción, transporte o distribución de energía --casi siempre en posición de monopolio--). El Ejecutivo francés se ha opuesto siempre a escindir su empresa pública Electricité de France en diferentes compañías.

OPOSICION FRANCESA

Hasta ahora, Francia era el único país que se oponía a una apertura total de los mercados europeos del gas y la electricidad. Sólo la aceptaba para el sector industrial, pero se negaba a asumirla en el caso del segmento doméstico. Al final, con una negociación muy vinculada a retrasar la apertura total, la delegación gala admitió que la liberalización resulte efectiva también para los clientes particulares desde el 2007. La Comisión Europea proponía que esta desregulación fuese completa dos años antes, desde el 2005.

El secretario de Estado de Energía, José Folgado, confirmó el acuerdo y lo calificó de "paso histórico" en el proceso de la construcción europea, "muy importante para seguir avanzando en el mercado interior del gas y la electricidad".