Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro han retrasado hasta mediados de octubre la entrega a Grecia del nuevo tramo de préstamos de 8.000 millones de euros que necesita el país para evitar la suspensión de pagos.

La reunión del Eurogrupo en Wroclaw (Polonia) no ha permitido despejar ninguna de las dudas que rodean la crisis de la deuda pública europea. Los ministros y la Comisión Europea han intensificado además su presión sobre Grecia para que aplique “íntegramente” las medidas de ajuste, las reformas y las privatizaciones previstas si quiere seguir recibiendo la ayuda de la UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI), sin que el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, parezca que haya logrado convencer plenamente a sus socios europeos.

El Eurogrupo ha rechazado además las peticiones de EEUU de ampliar el fondo de rescate y de adoptar medidas de estímulo económico para tranquilizar a los mercados. El secretario del Tesoro norteamericano, Timothy Geithner, que ha asistido excepcionalmente a una parte de la reunión del Eurogrupo, ha criticado la insuficiente coordinación entre los países de la eurozona y las divergencias entre los gobiernos y el Banco Central Europeo (BCE).

"No estamos discutiendo el incremento o la expansión del mecanismo europeo de estabilidad financiera con un estado que no miembro de la eurozona", ha declarado tras la reunión el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. “La zona euro no tiene margen para poner en marcha un paquete de estímulo económico, porque eso dañaría el proceso de saneamiento y reducción del déficit público”, ha añadido Juncker.

El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha advertido también que cualquier eventual creación de eurobonos debe estar precedida imprescindiblemente por un adicional reforzamiento del gobierno económico europeo, con una sustancial coordinación de las políticas presupuestarias y de los modelos de crecimiento económico. “En caso contrario, los eurobonos se convertirían pronto en bonos basura y no servirían para nada”, ha subrayado Rehn