La presidencia irlandesa de la UE y los negociadores de la Eurocámara ultiman este miércoles un acuerdo para imponer un tope a los bonus de los directivos bancarios. Estos límites se introducirán en la nueva norma sobre requisitos de capital para la banca, que traslada a la legislación comunitaria el acuerdo internacional Basilea III, cuyo objetivo es prevenir futuras crisis financieras.

La última propuesta de compromiso sobre la mesa, que cuenta con el apoyo tanto del Parlamento como de la mayoría de los Gobiernos -con la notable excepción de Reino Unido- es que los bonus no puedan superar la cuantía de la remuneración fija. Sólo si los accionistas lo autorizan, los bonus podrían llegar a un máximo del doble del salario. Estas proporciones todavía pueden variar en la negociación final.

El objetivo de estos topes es reducir los incentivos que hacen que los directivos asuman riesgos excesivos a corto plazo. Sin embargo, Londres ha avisado de que esta medida acabará provocando un aumento de la parte fija de la remuneración de los banqueros y, en consecuencia, un debilitamiento del capital cuando los beneficios se reduzcan.

Las negociaciones entre la Eurocámara y los Gobiernos sobre esta norma duran ya casi un año, pero se espera que la ronda de este miércoles sea ya la definitiva y conduzca a un acuerdo de madrugada.

En la recta final de las negociaciones, el Parlamento ha pedido además más requisitos de transparencia para los grandes grupos bancarios, en particular, que se les obligue a publicar los beneficios, subvenciones e impuestos pagados país por país y no sólo de forma agregada.