El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, reconoció ayer que los negociadores de convenios del sindicato a veces cometen errores y toman decisiones «para evitar males mayores», como ha ocurrido en el caso de los convenios de Prosegur y Securitas, impugnados por CSIF por entender que anulaban la subida del salario mínimo inteprofesional (SMI) a 900 euros mensuales.

De hecho, la Audiencia Nacional condenó a CCOO, UGT y USO por haber firmado con estas empresas dichos convenios, en los que se suprimían los pluses de transporte y vestimenta para compensar la subida del SMI. Álvarez afirmó que el sindicato no va a recurrir el fallo pero criticó el hecho de que «se valore más el ataque a otras organizaciones sindicales» que la sentencia en sí. «Felicito a quienes pusieron la demanda (CSIF) y estoy contento de que tengamos esta sentencia porque es un avance importante y significativo».

Por su parte, CCOO señaló en un comunicado que no es firmante de ninguno de los dos textos, ni Prosegur ni Securitas, y que únicamente firmó la ampliación de abril «para evitar que las empresas se valieran de la cláusula que les habilitaba la posibilidad de absorber todos los complementos».