UGT y CCOO presentaron ayer al secretario general de Empleo, Antonio González, y a la CEOE una propuesta para elevar progresivamente el salario mínimo interprofesional (SMI) a los 816,5 euros (por 14 pagas) en el 2012 y a 1.111,1 euros en los siguientes cuatro años.

Este incremento supone acelerar el ritmo de revalorización del SMI desde el 6% de media actual a un 8% cada año para que alcance el 60% del salario medio como recomienda la Carta Social Europea firmada por España. "No es posible que un país que está siendo campeón en materia económica, como dijo el presidente del Gobierno, incumpla esta carta", dijo Antoni Ferrer, secretario de Acción Sindical de la UGT.

Actualmente, solo Portugal ofrece un SMI más bajo que España. Grecia tiene fijado 668 euros brutos. Los sindicatos añaden que este salario solo lo percibe el 0,8% de los asalariados por lo que no distorsiona el mercado laboral.

Las centrales reconocieron que entre 1979 y el 2004 el SMI perdió un 23% de poder adquisitivo y que, durante esta legislatura, se ha apreciado 7,1 puntos. Ha pasado de 475,7 euros en el 2004 a 570,6 euros en el 2007 y está previsto que llegue a 600 euros el año que viene.

"INSUFICIENTE" Pero esta revalorización es "insuficiente" según los sindicatos. La CEOE vetó la posibilidad de que el SMI disfrutara de una cláusula de revisión anual automática a pesar de que el Gobierno la aprobó en el Consejo de Ministros. UGT y CCOO no renuncian a esta cláusula de revisión pero admitirían que quedara congelada hasta el 2016 si la CEOE y el Gobierno aceptan su propuesta para que el SMI supere en ese año los 1.000 euros.

Estos cálculos darían un "horizonte de certeza" sobre costes laborales a los empresarios, dijo el secretario de Acción Sindical de CCOO, Ignacio Fernández Toxo. Sin embargo, las centrales sospechan que la CEOE no está haciendo las mismas cuentas.