El de Gassi Touil era un proyecto paradigmático por ser el primero y único en el que la empresa pública argelina, Sonatrach, perdía el control total sobre reservas de gas del país. Dos compañías, las españolas Repsol y Gas Natural, participaban no solo en la exploración y producción, sino en la licuefacción y comercialización.

El Gobierno argelino preveía vender la mayor parte de los 5.000 millones de metros cúbicos que aportarán esos yacimientos a compañías de EEUU. El contrato firmado con Repsol y Gas Natural contrasta con la nueva legislación argelina que obliga a Sonatrach a ostentar al menos el 51% de todo proyecto en todas las fases.