A pesar de la enorme resistencia británica, la inmensa mayoría de los ministros de Economía y Finanzas de los Veintisiete respaldaron ayer que la UE defienda en las reuniones del Grupo de los Veinte (G-20) una reforma sustancial del sistema de remuneración de los ejecutivos bancarios para evitar que vuelvan a repetirse los excesos que condujeron a la actual crisis financiera.

La presidencia sueca de la UE consideró al término de la reunión que se había alcanzado un consenso para defender en el encuentro ministerial del G-20, mañana y pasado en Londres, que hay que acabar con "la vieja cultura" de las primas y remuneraciones excesivas para los ejecutivos financieros que estimulan la asunción de riesgos desmedidos.

OTRAS REGLAS La UE defenderá "un cambio claro de las reglas, con una relación más estrecha entre las primas y los resultados a largo plazo", señaló el ministro de Finanzas sueco, Anders Borg. La resistencia británica a reglamentar las retribuciones, no obstante, debilitará la posición europea frente a Estados Unidos, país poco inclinado a regular estas materias. La oposición británica impidió el respaldo a la propuesta promovida por Francia, Alemania y España, mucho más detallada y que confería un poder de supervisión a las autoridades financieras sobre la compatibilidad de las retribuciones con la gestión prudente de las entidades financieras.

Los ministros y la Comisión Europea temen que las entidades financieras vuelvan a las andadas ahora que, según parece, se está saliendo de la crisis y vuelvan a promover riesgos desmedidos con primas y bonus a sus ejecutivos. "Los banqueros siguen comportándose como si no hubiera ocurrido nada", lamentó Borg.