United Airlines protagonizó ayer la mayor bancarrota de la industria aérea estadounidense, tras perder 4.000 millones de dólares (o euros) en los dos últimos años, al estar inmersa en una crisis que se agudizó tras el 11-S. "Nuestros vuelos seguirán como de costumbre tanto en EEUU como en el resto del mundo", aseguró ayer su director ejecutivo, Glenn Tilton, tras presentar la quiebra.

"Planteamos una reorganización que nos permitirá salir de esta situación como una compañía más fuerte y con una estructura de costos competitiva", añadió. Tilton calcula que en 18 meses la empresa completará el proceso bajo la dirección del juez Eugene Wedoff, presidente del tribunal de bancarrotas de Chicago.

EL GOLPE DEL 11-S

Decisiones empresariales equivocadas, como el intento de absorción de US Airways --también en quiebra--, contribuyeron a los problemas de United, que perdía ya 1.000 millones de dólares antes del 11-S. Los atentados supusieron un tremendo golpe para la industria aérea de EEUU, con pérdidas globales de 10.000 millones de dólares en el 2001 y de casi 7.000 este año. Buena parte de ellas correspondieron a United, que respondió al 11-S con 20.000 despidos. Aun y así, no pudo frenar los números rojos y ahora tenía deudas por 875 millones a las que no podía hacer frente.

La compañía aérea, segunda mayor del país y la que más rutas tiene en todo el mundo, opera cada día 1.700 vuelos, un 20% del total en EEUU. Sin embargo, tiene un largo historial de problemas laborales, en la continua pugna por reducir sus costos recortando salarios, que figuran entre los más altos del sector en Estados Unidos. Su sindicato de pilotos hizo un llamamiento el domingo para que los consumidores no abandonen a la compañía.

Se cuenta con que parte de los 83.000 empleados de United, propietarios de un 55% de sus acciones, sean despedidos para asegurar la viabilidad de la empresa, cuyas acciones llegaron a cotizarse a 100 dólares en 1997 y el viernes cerraron a 93 centavos.

La declaración de bancarrota de United se ha convertido en una de las 10 mayores de EEUU, tras las de WorldCom y Enron.