La organización agraria UPA-UCE anunció ayer que pedirán a la Junta la creación de una marca de calidad del tomate extremeño, "una marca de denominación geográfica" que realce este producto, porque "es el único sector donde el producto sale ya todo hecho desde Extremadura y que serviría como seña de identidad", explicó ayer José Cruz, secretario de producción agraria de esta organización.

Esta será una de las reivindicaciones que lleve a cabo UPA-UCE de cara a la próxima campaña, ya que la de este año se inició ayer con unas perspectivas de más de 1.640 millones de kilos de producción y unos precios que ahora son de cinco céntimos de euro por kilo que paga la industria, y algo más que ofrecen las cooperativas gestionadas por los propios agricultores.

En este sentido, Cruz explicó que pedirán que se aumente el cupo de producción de tomate para España, que el año que viene los agricultores puedan acogerse a las ayudas agroambientales de la producción integral y que se homologuen los contratos porque "hay algunas lagunas legales y los agricultores y empresarios estamos condenados a entendernos", subrayó.

Por su parte, el secretario general de la organización, Lorenzo Ramos, hizo un llamamiento a las industrias tomateras para que "no abusen con los precios" de los productores extremeños una vez iniciada que la campaña del tomate. A su juicio, el precio "es muy malo", y que proviene de una negociación "ruin y miserable" por parte de los industriales.

Al margen de esta petición, UPA-UCE pondrá especial hincapié esta campaña en el control del peso de los camiones, el control de la calidad y en la entrega, algo para lo que piden la implicación de la Comisión del Tomate.

CONTRATO Y AYUDAS

Por otro lado, Cruz señaló que el próximo año van a pedir que se incremente el cupo del tomate, porque se puede generar más de lo que se subvenciona, que se ponga en marcha la ayuda a la producción integrada, y que haya contratos homologados.

Al margen de estas cuestiones, desde esta organización aseguran que para la presente campaña "no hay problemas con los temporeros", porque, aunque se han mecanizado los cultivos, "sigue necesitándose la mano de obra".